Era uno de esos días en que está a punto de nevar... y el aire esta
cargado de electricidad. Casi puedes oírla. ¿Verdad? Y esa bolsa está
bailando... conmigo... como un niño pidiéndome jugar, durante quince
minutos. Es el día en que descubrí que existe vida bajo las cosas y una
fuerza increíblemente benévola que me hacía comprender que no hay razón
para tener miedo jamás. El vídeo es una triste excusa, lo sé, pero me
ayuda a recordarlo; necesito recordar a veces que hay tantísima belleza
en el mundo que siento que no lo aguanto, y que mi corazón se está
derrumbando..
No hay comentarios:
Publicar un comentario