La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada.
Me das tus labios y yo mi piel erizada. Me das tu sonrisa, esa alegría. Yo a cambio te doy cada rinconcito de mi cuerpo, mi pelo, mis manos, mis huesos. Tú me das esas caricias divertidas, y yo me libero entre las risas. Tú me susurras palabras al oído y yo, me duermo entre tus sábanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario